Internet ha revolucionado por completo la forma en que los prestadores de servicios y sus clientes se relacionan. La banca no es la excepción. De hecho, la tecnología permite realizar en línea casi todos los trámites bancarios por los que antes debíamos desplazarnos. Esto ha significado un considerable ahorro de tiempo, esfuerzo y recursos.
Ante esta nueva realidad, surgen también amenazas, impulsadas principalmente por ciberdelincuentes que pretenden aprovecharse usuarios vulnerables o incautos. Una de las modalidades más frecuente y peligrosa es el phishing, que consiste en el robo de identidad y credenciales para acceder a cuentas privadas y realizar transacciones de manera remota.
Con el fin de que identifiques a tiempo situaciones sospechosas y que no te conviertas en víctima de estafa, te compartimos una serie de consejos que, si los sigues, será poco probable que te veas envuelto en este tipo de situaciones que pueden comprometer seriamente tu bienestar financiero.
A la hora de utilizar la banca en línea, asegúrate de escribir correctamente la dirección del sitio en internet. Esto te evitará ingresar a páginas falsas que intentan hacerse pasar por tu entidad financiera. Estos sitios fraudulentos tienden a utilizan el logo, colores y cualquier otro elemento característico de tu entidad financiera.
Puedes determinar si se trata de un sitio seguro al fijarte cuidadosamente en la dirección web.
Además, solo descarga aplicaciones móviles que cuenten con el aval de tu tienda de aplicaciones, como, Play Store, App Store, Huawei Store.
Recuerda, tu banco NUNCA te enviará un enlace o link para redirigirte a una nueva página web. Por eso evita hacer clic en vínculos que recibas por correo electrónico, mensaje de texto o cualquier otra vía.
Esta es una de las prácticas más frecuentes para el robo de identidad y credenciales de acceso a productos financieros.
Evita responder a correos, llamadas o mensajes de texto que, en nombre de tu entidad financiera, te soliciten la actualización de información de acceso a productos tales como usuarios y contraseñas.
De igual manera, resguarda los medios de verificación provistos por tu entidad financiera para la realización de transferencias (tarjeta de códigos o token). Trata de que solo tú conozcas su ubicación.
No compartas con nadie sus contraseñas. Memorízalas y no las anotes en ningún sitio.
De igual manera, utiliza contraseñas que no sean fáciles de descifrar. Trata de que contengan mayúsculas y caracteres especiales.
Si tienes cuentas de banca electrónica en diferentes instituciones financieras, no debes usar la misma clave de acceso para todas. Si se te dificulta recordarlas, utiliza una aplicación o software que te ayude con esta tarea.
Siempre accede a tus productos financieros y/o realiza transacciones solamente con tu propia conexión a internet. Para tales fines, nunca utilices dispositivos que no sean de tu propiedad, wifi abierto o de establecimientos comerciales.
Si vas a utilizar tu cuenta de correo electrónico en una computadora o dispositivo compartido, siempre asegúrate de cerrar sesión.
Además de revisar el balance de tus cuentas con cierta periodicidad, solicítale a tu entidad financiera que te envíe una notificación por correo electrónico o mensaje de texto cada vez que se realice una transacción con tus productos bancarios.
Esto te permitirá reaccionar a tiempo en caso de que no reconozcas alguna transacción efectuada a tu nombre.
Al seguir estas recomendaciones, reducirás considerablemente las probabilidades de ser víctima del phishing o suplantación de identidad.
En caso de que no reconozcas alguna transacción o actividad en tus cuentas, notifícalo a tu entidad y procede a realizar el correspondiente proceso de reclamación. Si no estás de acuerdo con la decisión de tu banco, puedes acudir a ProUsuario a través de cualquiera de los canales de contacto que hemos habilitado para ti.