Es el instrumento de captación de depósitos más básico que tiene una institución financiera. Te permite guardar tu dinero en la entidad de manera segura y a cambio te pagan una tasa de intereses. Tiene disponibilidad inmediata de tus recursos por lo que la tasa que paga será menor a la de un certificado de depósito, por ejemplo. Dependiendo de la institución financiera, podrás acceder a tu dinero a través de una tarjeta de débito o vía internet.